El DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta revisión) clasifica los síntomas del TDAH en síntomas de déficit de atención y síntomas de hiperactividad e impulsividad.
Para que un niño sea diagnosticado de este trastorno debe presentar como mínimo 6 síntomas de déficit de atención y/o 6 síntomas de hiperactividad e impulsividad en el cuestionario DSM-IV.
Criterios diagnósticos del TDAH – DSM-IV
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Déficit de Atención
| Hiperactividad e Impulsividad
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No presta atención a los detalles o tiene muchos “descuidos” en las tareas escolares
| No se puede estar quieto con las manos, pies, cuando está sentado, etc.
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Tiene dificultad para mantener la atención en tareas o juegos
| Se levanta en clase, cuando está comiendo, etc.
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Parece que no escucha cuando le hablan
| Corre o salta en situaciones inapropiadas
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No termina sus tareas o sus obligaciones
| Le cuesta mucho jugar tranquilamente
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Tiene dificultades para organizar su trabajo, sus tareas o sus obligaciones
| A menudo se diría que “va acelerado como una moto”
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Rechaza aquellas tareas que requieren un esfuerzo mental continuado
| Habla excesivamente
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Pierde frecuentemente juguetes, bolígrafos o libros, en general cualquier cosa, pero especialmente el material escolar
| Responde antes de acabar las preguntas
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Se distrae fácilmente con estímulos externos, auditivos o visuales
| No guarda su turno en juegos o actividades en grupo
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Es olvidadizo con las actividades diarias
| Interfiere en las conversaciones o en los juegos de los demás
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Los síntomas deben estar presentes en niños a partir de 6 años, durante al menos 6 meses, en dos situaciones distintas (p.ej. familia y colegio) y no ser causados por otra enfermedad.
Ante la sospecha de un TDAH, el médico procederá a una evaluación del niño que puede abarcar:
- cuestionarios para los padres y profesores
- evaluación psicológica del niño y de la familia
- evaluación mental, nutricional, física, psicosocial y del desarrollo completas.